Lleva casada dos años y no tiene hijos. La apretada agenda de su marido y su indiferencia hacia ella la hacen sentirse desgraciada y atormentada. Cuando intenta aliviar su estrés vistiendo prendas que realzan su cuerpo sexy, los hombres la confunden con una seductora y se sienten sexualmente atraídos por ella. Se ve obligada a practicar sexo oral a repartidores, a mantener relaciones sexuales con vendedores de lencería sexy y juguetes para adultos, y a practicar sexo oral y con los pechos a un cerrajero, que luego invita a su amigo...