Una mujer lleva tres años casada. Conoció a un hombre en un programa de citas y se casó con él, pero la felicidad no duró mucho. Sus hábitos derrochadores la llevaron a abusar de las tarjetas de crédito. Incluso empezó a pedir préstamos a usureros y acumuló deudas enormes. Un día, un usurero se presentó en su casa con una petición poco razonable: que su mujer protagonizara una película para adultos. La pareja se quedó perpleja, pero sin otra forma de saldar la deuda, tuvo que aceptar a regañadientes. El marido...