Tutor, ¿cómo te atreves a hacer un movimiento en mi hijo. Puede que tengas una cara limpia y creas que estás enseñando a tu alumno con delicadeza, pero ¿sabes lo tentador que es ese cuerpo indefenso? Cada vez que lamía lentamente su suave piel desde el cuello hasta la nuca, su respuesta crispada y temblorosa era irresistible. Sus pechos resbaladizos y brillantes por el sudor, su coño mojado después de clase, las plantas de sus pies maduros...