La criada que contraté era delgada, extremadamente bien formada y perfecta. También era una ayudante impecable, que hacía todo lo posible por satisfacer todas mis necesidades (a veces con las manos, a veces con la boca, y a veces incluso dejándome eyacular en su vagina). Sin embargo, sólo tengo una queja de ella ...... y es su forma de hablar. Decía cosas como: "Pareces un idiota con una erección" y "Usa tu cerebro, no pienses sólo en pervertidos". Estas palabras tocaban la fibra sensible de mi naturaleza masoquista...