Maki, que vive a mi lado, es una mujer casada. Parecía bastante inocente, pero me di cuenta. Maki era en realidad una pervertida total y le encantaban las pollas. Así que decidí abrirle los ojos. Invité a Maki a mi casa, la controlé un poco para que no se hiciera daño y luego jugué mucho con ella con varios juguetes. Entonces Maki empezó a babear...