Tras su primer rodaje en una remota isla de su ciudad natal, Sora-chan se dirige a Tokio por primera vez en su vida para viajar sola y sentirse aún mejor. Durante su viaje de cuatro días y tres noches a Tokio, no sólo vio los lugares de sus sueños, sino que también aumentó su sensibilidad sensual a través del sexo. Su primer trío, un masaje con aceite y muchos tratamientos faciales la llevan al extremo. Sora-chan, que es intrínsecamente sensible y orgásmica, alcanza el clímax una y otra vez, ¡con la piel enrojecida!