Incluso los adultos tienen momentos en los que están tan cansados que quieren llorar, llorar, llorar y pedir mimos, ¿verdad? Tal es el caso de Erika, una sexy mamá y cuidadora de niños, que mima a un bebé de mediana edad. El bebé mimado la ha liado hoy llorando otra vez por leche y peleándose con su profesora por acariciar a su hermanito. Pero ella siempre sonríe y le perdona...