Salía con una chica de pechos más pequeños, pero ocultaba mi pasión por los pechos más grandes. Un día fui a su casa y me recibió su hermana ......, cuyos amplios pechos me hicieron salivar. Ella derramaba sus amplios pechos, seduciéndome inconscientemente, así que no pude contenerme más. No me importó que me engañara, chupé hambriento sus pechos, amasando, lamiendo y succionando. Me la follé como un lobo hambriento. Al principio se negó, pero empezó a sentirse bien, y a partir de entonces no hicimos más que devorarnos mutuamente el placer...