De alguna manera, mi habitación se convirtió en un lugar popular para que pasaran el rato de camino a la escuela y en un punto de encuentro de camino a casa. Parece que las fotos y los vídeos que subí a las redes sociales se hicieron virales, y las chicas encontraron mi casa y acudieron en masa. Y como no me ven como un hombre, a menudo se quedan a dormir. Cuando dormimos juntos, mi postura al dormir era tan rara que de repente me di cuenta...