Nos confabulamos con el gerente de un salón masculino de Tokio para instalar cámaras fijas y cámaras en el techo en un intento de desvelar los secretos de este "salón de la salud". Las normas originales prohíben las caricias y la masturbación, pero los masajes del masajista son cada vez más exagerados. Durante el masaje, su pene se pone tan erecto que casi traspasa su ropa interior. El masajista también le toca el pene con la mano durante el masaje.