Una japonesa traviesa y sensual abre su ano para seducir a un hombre masoquista. Quiere que la lama hasta correrse. Una zorra pervertida, cansada del sexo oral ordinario, descubre el placer de hacerse lamer el ano. Aprieta su ano desnudo contra la cara del hombre y le ordena que la lama. Con cada orgasmo, ella se convulsiona y se estremece, haciendo que él se ruborice y alcance el clímax con este juego vulgar. Incluso le abre el ano y le folla mientras se sienta a horcajadas sobre su dura polla. Una gilipollas atrevida y guapa...