Durante el embarazo de mi mujer, mi suegra Naho vino a cuidarla. Naho era una gran cocinera y tenía un cuerpo ardiente, incluso más bonito que el de mi mujer, y a menudo me encandilaba. Más tarde, cuando mi mujer se quedó embarazada, no podía acostarme con ella, y tampoco podía masturbarme con Naho cerca, así que finalmente llegué al final de mi paciencia y me fui a un burdel de mujeres casadas ....... Me encontré con Naho por casualidad, y ella me besó apasionadamente y me dijo: "No se lo digas a mi hija...". ..." De repente perdí la cabeza ......