Bajo el pulcro uniforme, se esconde un rostro que nunca se ha mostrado a nadie. Tomika, de 25 años, es higienista dental. Normalmente, es ella la que cuida de los demás, pero hoy, está cuidando de los demás mientras la cuidan. No tiene novio, pero mantiene una relación con un compañero de copas. El bebedor tiene novia. Por eso está tan excitada. En busca de excitación, ella va más profundo, más real. Por primera vez, examina objetivamente su propio placer delante de una cámara. "Quiero ver mi propia película de sexo". Con esta genuina curiosidad comenzó el rodaje. Siendo masoquista, mostró una expresión de éxtasis a pesar de que se burlaban de ella. Utilizando sus amplios pechos como arma, se desnuda junto a la ventana, exponiendo sus deseos y su cuerpo. Al final, lo exhibe todo hasta el momento en que el calor que empezó en la puerta cae sobre sus labios.