Las alumnas son un verdadero quebradero de cabeza para los profesores. Son jóvenes, imprudentes y atrevidas, y están en una edad sexualmente sensible. Eran infantiles, pero más maduras que los chicos, y sus cuerpos eran aún más femeninos. Entre ellas, una alumna en particular me atraía: Yukina Nitta. Mide 167 cm, tiene unas piernas modernas y aniñadas, un rostro delicado y un cuerpo de modelo. Se le daba muy bien ligar con adultos, y siempre conseguía retenerme, aunque mi respuesta siempre era un poco torpe.