"Tú también puedes venir a verla. Mañana también iremos al cine". Mi mujer Mariko y yo llevamos 12 años casados, y nuestra tranquila vida matrimonial original nos la arrebató mi jefe, el señor Igarashi. Echando la vista atrás, le estoy muy agradecido por haberme hecho darme cuenta de mi arraigada sexualidad. Todo empezó cuando el Sr. Igarashi limpió mi habitación después de que yo me equivocara al pedir comida, y le invité a mi casa. El Sr. Igarashi...