Iba a trabajar, volvía a casa, jugaba y vivía mi vida día tras día. Mirando mi habitación sucia, pensaba: "Si esto sigue así, acabaré solo". Un día, tiré mi videoconsola rota a la basura y empecé una relación con Miyuki, una chica de Nyet que vivía al lado. Miyuki me invitó a su habitación y jugamos juntos. Los dos, "pandilleros" que vivíamos en lo más bajo de la escala social, nos unimos torpemente y poco a poco nos hicimos íntimos...