Este es mi bar de dardos favorito. Es mi territorio, por así decirlo. Es mi rutina diaria tirar dardos y otras mujeres poco comunes. Hoy, encontré a otra mujer jugando a los dardos sola. Mi intuición me dijo: "Está buscando a un hombre". Le pregunté si quería jugar a los dardos con ella, y aceptó encantada. Es normal que una mujer así se deje convencer fácilmente. Me dijo que era soltera y que hacía poco había roto con su novio infiel. Ves, mi intuición es aguda. Por cierto, los dardos y otros juegos de adultos son siempre competitivos. Si pierdes, te castigan. Si no, no hay emoción, así que no es ninguna sorpresa. Por supuesto, como es un bar, el castigo es un chupito de tequila. Como he dicho muchas veces, este es mi lugar. No puedo perder a los dardos. Y, mi especialidad: cero-uno. Efectivamente, o mejor dicho, gané fácilmente. A medida que pasaban las copas y el tiempo, ella empezó a frotar su cuerpo contra el mío. Obviamente, a medida que seguía bebiendo, el carácter en el que confiaba empezó a emerger. Aquí es donde mis habilidades resultaron útiles. Al tercer bar, había conseguido atraerla de vuelta al hotel. Sólo nos quedaba una cosa por hacer cuando llegáramos al hotel. Sólo tenía que seguir mis instintos.