Aya sigue trabajando después de casarse para llegar a fin de mes. Sin embargo, en la tienda donde trabaja, a menudo es abrazada por el dependiente. Tras convertirse en la esclava sexual del encargado, se le asignan muchos clientes. Inconscientemente, empieza a sentir placer con este comportamiento sexual violento que no puede rechazar. Un día, el hijo de un rico terrateniente le hace una oferta a cambio de una inversión en la tienda. Aya sigue las instrucciones del tendero y se dirige a un edificio sospechoso. ¿Qué le espera allí...?