Esta vez, nuestra voluntaria masoquista de 23 años es cuidadora. En el instituto, fue acosada sexualmente en repetidas ocasiones en el tranvía que la llevaba a la escuela, pero en lugar de sentirse deprimida, disfrutó con ello y se dio cuenta de que era una pervertida y una masoquista. Después de terminar la universidad, entró en una empresa de enfermería. Su jefe, el jefe de cuidados, era un sádico que tenía una aventura con ella y la utilizaba para juegos de entrenamiento. Sin embargo, después de que su jefe la transfiriera, se encuentra masturbándose constantemente, frustrada por el recuerdo del encuentro...