A las 11 de la mañana me desperté y me encontré en la cama donde tanto nos divertimos la noche anterior. Quería mantener vivo el recuerdo de aquel día, así que le entregué mi cámara. Me daba vergüenza que me fotografiara, pero le besé de todos modos y le supliqué que me diera un poco de intimidad. Eyaculé dentro de él e hicimos el amor un poco más antes de que llegara la cena y se tragara mi semen. Me cambié y salí a relajarme, pero quería intimar de nuevo, así que nos fuimos a un hotel. Estaba un poco callada, pero escuchaba todo lo que le decía...