Mientras entregaba un paquete, me di cuenta de que mi mujer no llevaba bragas. La forma en que abría las piernas y firmaba con su nombre me hipnotizó. Más tarde, mientras entregaba otro paquete, mi mujer estaba cambiando una bombilla en el aire, pero esta vez sólo llevaba leggings y no bragas, lo que me provocó una erección. Cuando mi mujer se dio cuenta, se agachó y me tocó la entrepierna...