Marina fue acosada en el tren y el hombre le aplicó un afrodisíaco en la vagina, una sensación placentera que aún no puede olvidar. Subió al tren al mismo tiempo que el hombre y volvió a esperar al abusador ...... El abusador se volvió cada vez más atrevido, goteando afrodisíaco en su lengua, aplicándoselo en los pechos y volviéndose cada vez más intenso. Mientras esto sucede, el placer de Marina se calienta infinitamente, y llega al clímax, soplando y gimiendo, arqueando la espalda...