¡La morena de aspecto serio es empleada de una sala de pachinko! Desde que la conoció en el tranvía, ha sido demasiado tímida para hablar, ¡tanto en su trabajo a tiempo parcial como en su vida privada! ¡La diosa del salón de pachinko se transforma por completo ante la lujuriosa mirada! Expone su cuerpo desnudo y se convierte en masoquista. Finalmente, con manos temblorosas, pide una polla, diciendo: "Quiero beber mucho semen...", ¡una petición perversa que la ha llevado a desarrollar un complejo fetiche por la desnudez!